Moratoria concursal: Su fin tendrá consecuencias negativas para empresas y juzgados

El próximo 30 de junio finaliza la moratoria concursal vigente, salvo que ocurra una prórroga. Se prevé que al finalizar esta medida puedan surgir factores que afecten a juzgados y empresas. 

Desde que fue declarado el estado de alarma en marzo de 2020, las empresas con insolvencia han estado “exentas” de presentar concurso de acreedores a pesar de que están obligadas a ello legalmente. «Con el fin de la moratoria y la no recuperación plena de nuestra economía, se prevé que sean numerosas las compañías que acudan simultáneamente al concurso, muchas de ellas ya empresas zombis, esto es, compañías de facto inviables que han mantenido su actividad de forma artificial a causa de las medidas públicas de apoyo produciéndose así una asignación ineficiente de recursos», explica un letrado.

Ante esta situación, se  mantiene que «lo que en principio fue una medida lógica y adoptada en la mayoría de los países de nuestro entorno, con el paso del tiempo, las sucesivas prórrogas y la no exigencia de ningún requisito para poder acogerse a éstas, se ha convertido en una medida con unos efectos contraproducentes para el futuro del tejido productivo español”.

A la vista del número de concursos presentados desde la entrada en vigor de esta medida, «es evidente que la moratoria concursal ha generado un efecto sedante en las empresas en dificultades, sumiéndose en una falsa sensación de que la decisión sobre las medidas a adoptar para la supervivencia del negocio puede posponerse casi indefinidamente».

Cuando una empresa entra en conflictos económicos no es sencillo poner en marcha las medidas que posibilitan la supervivencia de dicha empresa,  pero,«la moratoria concursal finalmente no ha ayudado a este fin, sino más bien al contrario, posponiendo artificialmente la solución al problema».

Muchas empresas en dificultades  deberían de haber afrontado medidas complejas que eran necesarias para su supervivencia, han continuado operando en la misma situación complicando su estado, y con el fin de la moratoria  deberán enfrentarse a la realidad de una posible situación crítica para su supervivencia.

¿Un posible colapso judicial?

Aunque se hayan seguido solicitando concursos de acreedores, muchas empresas y empresarios se han seguido acogiendo a las sucesivas ampliaciones de la moratoria concursal, retrasando la presentación de su concurso con una cobertura legal.

Por tanto, se considera previsible que «todas las empresas y empresarios afectados, con el fin de tratar de evitar responsabilidad de sus administradores no van a tener otra opción que solicitar su concurso de acreedores durante los próximos meses». «Si a ese efecto sumamos el cambio de normativa que también se avecina en la regulación de los procedimientos concursales y la segunda oportunidad, se puede ocasionar un verdadero colapso de los juzgados mercantiles que no han visto reforzados sus medios en este periodo de mora», se advierte.

Fuente: confilegal.com

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